UN CASI CRIMEN PASIONAL

Un lunes de verano a eso de las 8 de la mañana, pasó por frente a la casa del Flaco un botellero :-"Compro cama vieja, botella, colchone, elástico, boteeeeeeyero!!" El padre del Flaco salió corriendo para llamarlo y decirle que tenía un elástico de cama y otras cosas para venderle..que fuera por la puertita del jardín que él iría a buscar las cosas.

El botellero le dijo que ataría al caballo de su carro y luego pasaba a la casa por la puertita.

El viejo del Flaco al abrir la puerta del garage donde se encontraba el cuarto de servicio y que supuso vacio porque la chica no habia regresado el domingo a la noche, se encontró con un tipo dormido sobre el elástico con un cuchillo en la mano...Rapidamenta cerró la puerta y fue en busca de la escopeta, al tiempo que le iba contando a su esposa lo que habia visto...ésta tomó una escoba quedándose cada uno de ellos a los costados la puerta. En ese momento entra por el pasillo con su aspecto mugroso y cavernícola el urso del botellero, arrastrando las bolsas vacias y la balanza de malmedir...al ver al hombre y la mujer armados y con cara de enojados salió corriendo hacia la calle gritando:

"- ME QUIEREN MATAR ! ME QUIEREN MATAR ESTA MANGA DE LOCOS !!!", se trepó al carro y salió al galope mortificando al pobre caballo a rebencazos.

Los vecinos salieron a ver que pasaba porque habían visto pasar al urso del botellero gritando como un loco que lo querían matar...
En tanto los padres del Flaco le gritaban al sujeto que dormia totalmente borracho, que saliera y explicara que hacia alli. Llamaron a la comisaria que estaba a 50 mts. de la casa, mientras se iban agolpando todos los vecinos en la puerta de la casa.

Llegó la policia y se llevó al borracho que luego confesaría que habia ido a la casa del Flaco -de la que tenia la llave del portoncito- a matar a la chica porque le metía los cuernos con un correntino del bar El Disco...la chica avispada de lo que podia hacer el novio no fue a dormir esa noche.

En tanto se cree que el botellero anotó a su caballo en una carrera en el hipódromo, porque nunca el pobre matungo haía corrido tanto como aquel dia.