LOS VENGADORES
Una noche y después de jugar un partido de fútbol, un grupo grande de amigos nos fuimos a comer un asado a una quinta perdida por Pacheco. Eramos como diez o doce....Al terminar de comer el asado Piraña y El Colorado dijeron que se tenian que ir y se fueron lo más campantes...Al terminar la reunión a eso de las 3 de la mañana, nos dispusimos a irnos y comprobamos que todos los autos tenian las gomas desinfladas...: Una tipica maldad de Piraña.! Por suerte teniamos matafuegos y solucionamos el problema rapidamente. Decidimos darles su merecido a esa yunta. Primero nos fuimos a la casa del Colorado que vivía en una suerte de duplex estilo ingles, que tenian un pasillo de 100 mtrs. que los unia. Cada casa tenia en su lateral y que hacia las veces de frente de la misma, un pequeño jardin y la puerta principal de la vivienda. Los jardines tenian muebles de hierro en casi todos los casos y macetas de todo tipo.
Al llegar a la casa del Colorado decidimos apilarle frente a la puerta todos los muebles de jardin y macetas grandes que encontramos en las casas vecinas, a ello le agregamos una manguera con el chorro de agua apuntando a la altura de la cara de una persona pero que golpeaba sobre la puerta) pesando que el primera que habriera la puerta se bañaria). Todo esto sin hacer el menor ruido.
Luego nos fuimos a la casa de Piraña. Alli resultó ser más dificil la cosa ya que la puerta de calle daba directamente sobre la vereda. Tuvimos suerte y una cercana obra en construccion nos proporcionó los ladrillos necesarios para tapiar la puerta con una pared de 30 cm. ,reforzada con unos tirantes y bolsas de escombro...y nos fuimos a dormir satisfechos de habernos vengado de estos malditos.
Durante un tiempo ninguno de nosotros pudo pasar ni cerca de las casas del Colorado ni la de Piraña...
Un dia y fruto de mi provervial distracción, la suerte hizo que me topara con la madre del Colorado que con cara de muy enojada me dijo de todo hasta que no pudo contener mas la risa y se largó con una carcajada al tiempo que me abrazaba diciéndome: - QUE LASTIMA QUE YO NO ESTABA ENTRE USTEDES!